30 sept 2010

Entre dos mundos

A veces se torna dificil reinterpretar lo conocido, volver a considerar lo ya ideado, cuando toda la vida hemos estructurado mentalmente de una forma. El mundo se nos presenta de un modo, pero intuimos que en el, podemos descubrir una gran parte de lo que somos, reconociendo en ese paisaje, el color de nuestros climas, la proyeccion de contenidos y el sabor a evocaciones que se reinstalan en un presente con vocacion de futurizarlo todo.
El unico mundo que conocemos es el de nuestras propias percepciones, sean internas o externas, ambas conforman una estructura, una unidad inseparable, articulandose una en la otra como una necesidad simbiotica, sin la cual nada podria existir. Es por eso que no hallamos un solo instante sin algun tipo de percepcion, sea que ellas provengan de los sentidos o de las propias mentaciones. Basta que exista un vacio entre un acto y otro, para que la conciencia lo complete con alguna imagen, asi ensueños y divagues se confunden aportando lo suyo a una realidad construida desde la propia mirada.
Se que en el soñar actuan contenidos de vigilia, y en vigilia algo de aquel soñar, como si estos estados jamas concluyeran y cada uno se sumergiera en el otro, predominando estos alternadamente en ciclos constantes. Como el dia y la noche revelan en el cielo distintas formas, los diversos estados aportan caracteristicas propias a lo que contemplamos como realidades de un universo que comprende estos dos mundos. 

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