Del mundo real y el ideal: Habitualmente
nuestro dialogo con la realidad es conflictivo, nunca estamos conforme con
ella, no existe acuerdo entre lo que es y lo que esperamos que sea, en razón de
este sutil registro, que por ser permanente pasa desapercibido, nacen las
representaciones que intentan compensar aquello que consideramos carencias, de
manera que nos fugamos hacia imágenes que creemos nos completaran como
personas, en función de esa idea que tenemos sobre nosotros mismos. El mundo
ideal y el real no coinciden, porque el primero obedece a intereses personales
y el segundo es el resultado de la intencionalidad de todos. Resulta caprichoso
entonces, divagar como pretexto para escapar del momento presente, ya que es el
único instante de tiempo real que existe, y en el cual podemos realizarnos. Si bien perdemos en extensión,
sentiremos que ganamos en profundidad porque estaremos en relación inmediata
con la vida.
Todo pensamiento es presente, trátese incluso de protenciones o
retenciones, siempre se manifestaran como imágenes actuales, ocupando un
espacio que no les corresponde, cuando nos perdemos en ellos, nos apartamos de
la realidad que sucede en el aquí y ahora para sumergirnos en un mudo poblado
de nuestros propios contenidos. Nuestro ser vive y se manifiesta en el perpetuo
presente, pero permanece velado por sensaciones de un tiempo que ya no existe o
de otro que jamás existirá, dos instantes que solo cobran vida como
abstracciones mentales, descubrirlo y experimentarlo, significara recuperar la verdadera
dimensión de quienes somos.
Los despiertos tienen un mundo en común,
los dormidos cada cual el suyo. |
Heráclito
|